Si todo en esta vida pudiese pagarse con sexo, qué barato y cansado sería todo, ¿no? y no estamos hablando de prostitución, aunque tampoco vamos a decir que no lo sea.
Los medios de comunicación holandeses y del resto del mundo andan revolucionados con la noticia de que algunas autoescuelas del país holandés ofertan descuentos en clases de conducción a cambio de sexo con los profesores. ¿Tan mal está la cosa? Parece que sí.
La primicia fue dada el pasado día 25 de enero por el diario holandés “Algemeen Dagblad”, anunciando la oferta sexual de algunas academias de conducir en sus clases prácticas.
Unas clases flexibles dirigidas a mujeres y hombres hetero y homosexuales. Autoescuelas que enseñan a conducir a cambio de acostarse con ellos y pagar en especie, como así versan los anuncios de una de las academias: “Permiso de conducir más barato, si es pagado en especie”.
Lo que no consta en las condiciones, es si el carnet de conducir obtenido es homologable al resto de la UE. ¿Debería serlo? ¿Debería no serlo? ¿Por qué? Si un alumno lleva a cabo las clases necesarias para su aprendizaje, ¿influye en ello que mientras conduce otro o están aparcados, mantenga relaciones sexuales?
En cualquier caso, no deja de ser una oferta peculiar, transgresora, problemática y que está dando mucho de lo que hablar. Parece ser que desde la central holandesa que gestiona los permisos de conducir, no tienen constancia de este tipo de trueque educacional, y un portavoz del ministerio de Justicia de Holanda sostiene que “No son prácticas legalmente punibles, mientras se trate de relaciones sexuales consentidas, no hay nada que hacer”.
Así son las cosas, y así os las hemos contado.
Comparte esta noticia: facebook twitterAutor: Bea Cárdenas