5 Abr 12

Lubricación excesiva

Categoría: Consejos

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Lubricantes sexuales

Habitualmente, hablamos de la importancia de utilizar lubricantes en las relaciones sexuales para facilitar el uso de juguetes sexuales y evitar dolores y otras molestias. Pero no siempre es necesario el uso de estos productos para humedecer los genitales.

También existe el caso de las mujeres que sufren un exceso de lubricación. Puede ser por cuestiones biológicas, por la fase de la ovulación en la que se encuentren o incluso puede deberse a alguna infección si ésta se presenta de forma poco normal.

El hecho de que la lubricación se dé desde un principio y de forma abundante, no significa que la mujer esté preparada y dispuesta para el coito. Este es uno de los mayores mitos sexuales que a día de hoy, muchos hombres no alcanzan a comprender, lo cual hay que tenerlo muy en cuenta y transmitirlo siempre con la pareja para no dar pie a confusiones ni falsas creencias.

La lubricación vaginal es un hecho fisiológico del que se encargan las glándulas de Bartolino, situadas a ambos lados de la vagina. Resulta fantástico que el cuerpo reaccione acorde a las necesidades sexuales, que los genitales se lubriquen y se facilite el sexo, se eviten dolores, molestias y otras disfunciones sexuales. Sin embargo, la lubricación excesiva tampoco es buena, pues puede restar sensibilidad durante el coito.

Si el exceso de lubricación no es nada nuevo ni se debe a ninguna alteración del organismo, no es recomendable el uso de cremas o geles vaginales que alteren la lubricación natural. Simplemente basta con utilizar toallitas para retirar el exceso de flujo.

Si la lubricación descontrolada es algo nuevo, presenta un olor/color fuera de lo habitual, lo más posible es que se deba a una infección y la solución sea acudir al ginecólogo para ponerle remedio.

Si por el contrario la lubricación brilla por su ausencia, el encarecido consejo es que se utilicen lubricantes para facilitar el sexo, y muy importante que sean lubricantes de base acuosa para evitar efectos inesperados con juguetes sexuales o preservativos: se dañan, se rompen. Las consecuencias pesan demasiado como para no tener en cuenta este detalle.

Y una vez controlado el nivel de lubricación, sólo queda abandonarse al sexo y disfrutar… hasta perder el sentido.

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