14 Sep 10

Gatillazo

Categoría: Sexualidad

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No pensaba yo que actualmente hubiese para la sociedad una crisis mayor que la económica, pero estaba equivocada. Ayer estuve toda la tarde-noche con David, un amigo que sufría una preocupante crisis psicológica.

Para ponernos en sintonía, David es un chico de los denominados “metrosexuales”, muy seguro de sí mismo, y bastante preocupado por su forma y apariencia física. Goza de gran éxito entre las chicas, lo que lo mantiene en la cumbre, como el color participante de parchís que más fichas come. Últimamente está pasando por varios contratiempos familiares y económicos, lo que tiene algo mermado su estado mental.

El caso es que el sábado pasado, en un alarde de valentía ligona, consiguió pasar la noche con una chica bastante carismática, que además de maja, es un bombón de discoteca. ¿Cuál fue el problema? Pues que a pesar de la adrenalina subida por el cuerpo de David, a mitad de la relación sexual, sufrió el gatillazo del siglo.

Según me contó, nunca le había pasado. Y lo que es peor, no supo asumirlo con realismo y dignidad. Se sintió un fracasado, pues estaba con una chica que realmente le excitaba y quedó fatal ante ella.

Pero el verdadero problema no es que sufriese un gatillazo, eso es lo de menos, es lo más normal que puede pasarle a un hombre, aún más estando en una etapa complicada, con altibajos en el estado de ánimo y preocupaciones rondando constantemente por el subconsciente. El problema es que a ella no le informó de ello, e intentó elevar su hombría con argumentos de batalla. ¡Con lo fácil y comprensible que hubiese sido decirle la verdad!

Así es que, por supuesto, él no consiguió que su pene volviese a recuperar el estado de erección, y lo que es peor, se sintió como un impotente crónico ante una compañera de cama no habitual, con la que no tuvo la confianza para decirle la verdad que restase la humillación, e incluso, hubiese facilitado continuar con el coito un rato después o quizás otro día.

Así que, queridos lectores masculinos de Me Lo Paso Goma, ante una situación de gatillazo, no temáis a contar a vuestra compañera, ya sea habitual o esporádica, que no estáis pasando por buena época y ello ha afectado a la erección. Pero nada más. A partir de ahí puede darse un momento divertido, nada traumático y motivante para volver a comenzar.

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