28 Jul 10

Lencería sexy, un poco de historia

lencería sexy

La lencería es casi lo mismo que comer, siempre ha existido. De una u otra forma, el taparse las zonas púdicas ya viene de muy atrás, de antiguas civilizaciones en las que la mujer ya se las arreglaba con cualquier retal para ocultar las partes íntimas, más concretamente, la zona intermedia y el pecho.

El taparse el pecho, también se debía a motivos estéticos y prácticos, por la lucha contra la caída de senos, para que las mujeres se sintiesen cómodas y no sufriesen en exceso los inevitables efectos de la gravedad.

Los primeros sujetadores eran simples telas de seda que envolvían los pechos de la mujer, sin ningún tipo de confección ni abalorio. Pero al pasar los siglos, la lencería femenina fue cada vez tomando más cuerpo y forma.

Durante la época de las monarquías europeas y el período napoleónico, el corsé adquirió una importancia suprema. Las mujeres, además de funcionalidad, buscaban belleza en su lencería íntima, y con esta prenda conseguían verse con la figura más estilizada, dado que con estos corsés con tirantes, reducían varias tallas en la zona de la cintura y abdomen, además de dar mejor forma al pecho.

Es en el siglo XX cuando la lencería pasó a ser una prenda de alta importancia en la mujer, a pesar de haber sufrido unas décadas ultraconservadoras, carentes de sensualidad, allá por los años 30, 40 y 50. De ahí vienen las famosas bragas de cuello alto, que aún perduran en la actualidad en las personas de edad más avanzada.

Pero esa línea se quebrantó ligeramente en la década de los 60, cuando el movimiento hippie abandonó el uso de sostenes y promovió la utilización de bragas con motivos florales y coloridos.

En los 70 cobró especial importancia la televisión, la inclusión de la sensualidad y sexualidad a medio censurar, con los tacones formando parte del conjunto de lencería sexy.

Durante la década de los 80, la lencería volvió a adquirir especial relevancia. En parte, ayudada por los principales íconos sexuales de la época, como por ejemplo Madonna, quien puso de moda la lencería sexy y sofisticada, lo que incentivó a las mujeres a usar estas prendas más atrevidas, en relación a lo que se estaba acostumbrado en la sociedad del momento.

En los 90 nació el «Wonderbra», el engaño de pecho visual más instantáneo, tanto durante aquella época como hoy en día. Millones de mujeres aumentaron su talla de pecho instantáneamente, además de dedicarse más en cuerpo y alma a su físico, llevando una vida sana, haciendo deporte, y por ende, vistiendo mejor y de forma más atrevida con la ropa íntima.

A día de hoy, la ropa interior casi es más importante que la exterior, en ocasiones llegando a ser la misma. La lencería ya no es para taparse las partes púdicas, es para sentirse guapa, sexy, sofisticada, para seducir, para provocar, para enamorar. La ropa íntima es una importante arma de seducción, de destrucción masiva. He ahí la mujer actual, la erótica de la lencería, la lencería erótica.

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